Pensamiento del viernes 18 de noviembre de 2016.
"¿No sabéis cómo distinguir la superstición de la fe? Pues bien, aquí tenéis definiciones: ser supersticioso, es pensar que se puede recoger allí donde no se ha sembrado; la verdadera fe, por el contrario, es saber que después de haber sembrado se recogerá, en esta vida o en otra, o incluso a través de sus hijos. Es pues muy simple. Si en la época favorable, sembráis buenas semillas en tierra fértil, germinan y crecen. Quizás se pierdan algunos granos, pero la mayoría germinarán y darán frutos.
¡Tanta gente que nunca han trabajado en el campo intelectual, afectivo o físico, esperan cosechar! Y cuando se dan cuenta de su fracaso, se lamentan por la injusticia de los humanos o del destino. Pero ¿de quién es la culpa? Aquellos que siembran y plantan nunca se sienten decepcionados. Cuando se tiene la verdadera fe, nunca hay decepción. Aquellos que están decepcionados, es porque esperaban cosechas imposibles; de alguna manera eran supersticiosos."
"¿No sabéis cómo distinguir la superstición de la fe? Pues bien, aquí tenéis definiciones: ser supersticioso, es pensar que se puede recoger allí donde no se ha sembrado; la verdadera fe, por el contrario, es saber que después de haber sembrado se recogerá, en esta vida o en otra, o incluso a través de sus hijos. Es pues muy simple. Si en la época favorable, sembráis buenas semillas en tierra fértil, germinan y crecen. Quizás se pierdan algunos granos, pero la mayoría germinarán y darán frutos.
¡Tanta gente que nunca han trabajado en el campo intelectual, afectivo o físico, esperan cosechar! Y cuando se dan cuenta de su fracaso, se lamentan por la injusticia de los humanos o del destino. Pero ¿de quién es la culpa? Aquellos que siembran y plantan nunca se sienten decepcionados. Cuando se tiene la verdadera fe, nunca hay decepción. Aquellos que están decepcionados, es porque esperaban cosechas imposibles; de alguna manera eran supersticiosos."