Pensamiento del viernes 4 de noviembre de 2016.
"¿Quién de entre vosotros no tiene a su alrededor, o incluso en su familia, algunas personas a las que le resulta difícil soportar? Pero en lugar de quejarse y recriminar, debéis considerar estas personas insoportables como otras tantas buenas ocasiones para esforzaros y aprender a amar. En efecto, es un aprendizaje.
Un día, cuando dejéis la tierra y os presentéis ante las entidades celestiales, éstas os pedirán que rindáis cuentas: «¿Por qué no habéis tenido más amor hacia vuestros semejantes?» Y no creáis que os justificaréis diciendo que son desagradables y antipáticos... porque os dirán: «No, ésta no es una razón. El Cielo te dio grandes riquezas, recibiste brazos, piernas, orejas, una boca, ojos y sobre todo un cerebro, pero en lugar de utilizarlos para ser útiles a los demás, te conformaste con criticarles y despreciarles. – ¡Pero eran tan miserables! – Pues bien, precisamente, ésta era una razón más para actuar con ellos más generosamente.» Nada podrá justificaros."
"¿Quién de entre vosotros no tiene a su alrededor, o incluso en su familia, algunas personas a las que le resulta difícil soportar? Pero en lugar de quejarse y recriminar, debéis considerar estas personas insoportables como otras tantas buenas ocasiones para esforzaros y aprender a amar. En efecto, es un aprendizaje.
Un día, cuando dejéis la tierra y os presentéis ante las entidades celestiales, éstas os pedirán que rindáis cuentas: «¿Por qué no habéis tenido más amor hacia vuestros semejantes?» Y no creáis que os justificaréis diciendo que son desagradables y antipáticos... porque os dirán: «No, ésta no es una razón. El Cielo te dio grandes riquezas, recibiste brazos, piernas, orejas, una boca, ojos y sobre todo un cerebro, pero en lugar de utilizarlos para ser útiles a los demás, te conformaste con criticarles y despreciarles. – ¡Pero eran tan miserables! – Pues bien, precisamente, ésta era una razón más para actuar con ellos más generosamente.» Nada podrá justificaros."