Libertad es la expresión más hermosa que pueda existir a través del tiempo. Libertad es el concepto más bello y glorioso pero al mismo tiempo el más desgastado por la sociedad, mal comprendido y limitado.
Libertad es y ha sido una expresión que yace en el interior de cada especie. En los humanos, principalmente, está siendo día a día reprimida, no valorada, al mismo tiempo que se coartan la libertad los unos a los otros, por medio del sistema que los abruma.
Se cree que hay libertad cuando vemos a un mendigo o indigente tratando de subsistir. Al mismo tiempo muchas personas en este mundo creen tener la total libertad física por el dinero, están marcados por la arrogancia que los caracteriza.
En ninguno de los dos casos hay libertad. El mendigo no la tiene porque carece de beneficios sociales, principalmente alimenticios. Posee una cierta libertad porque no está atado al sistema, puede vivir en cualquier parte y deambular de un lado a otro, sin embargo, aun así no tiene libertad.
La gente de dinero, tiene propiedades, lujos, posición social, buena alimentación y el mejor cobijo, sin embargo, tampoco es libre. Incluso no lo es a nivel físico, porque tiene que rendir cuentas a sus empresas, a los gastos imprevistos, a que todo marche sobre ruedas, en fin, no es libre y tampoco lo será, aunque parta de este mundo a través del velo de la muerte.
Una persona de clase media tiene algo de libertad, pero también está atada al consumismo, al tener que responder económicamente con lo poco que gana, responder a sus jefes, autoridades, familia y un largo etcétera.
Podemos decir mis amados hermanos que nadie en este mundo es libre. La libertad se ha tenido que ganar a fuerza de golpes, a través de batallas, sucesos sangrientos. Lugares geográficos que estaban atados a países más robustos y que, a través de luchas tras luchas fueron logrando la independencia, representan una forma superficial de libertad.
Todo este tiempo se ha intentado vivir en una especie de libertad que está oxidando los pensamientos y cerebros de personas que aún no comprenden que la verdadera libertad está en su fuero interno.
La libertad comienza por ti, en tu auto descubrimiento, en tu auto conocimiento, en la fuerza del “Yo Soy”, simple realidad pero dificultosa de llevarla a cabo. La libertad no se gana a fuerza de golpes, subyace en lo más profundo de ti y, sin embargo, trata de salir desesperadamente a través de diversos impulsos.
Libertad es cuando desde la presencia del “Yo Soy” comienzas a sentir un nivel de consciencia totalmente distinto. Este nivel es el que te brinda la capacidad de ver las cosas en este mundo físico, sin restricciones, sin polémicas ni fanatismos mal cultivados. Es esa libertad que no se gana, nace, fluye, aflora circulando como el más fresco y transparente manantial de agua dulce.
Cuando surge este tipo de libertad, basado en estos distintos niveles de consciencia, estamos en posición de disfrutarla y gozar cada momento en el ahora, por medio de la relajación profunda y consciente, por medio de la fuente verdadera y genuina del “Yo Soy”.
Ser es real libertad. Ser es la cara de la moneda que permite sincerar los sucesos del pasado y abiertamente desprendernos de ellos, sin limitaciones y sufrimientos.
Ustedes, mis amados, se han restringido los unos a los otros, han coartado toda especie de libertad. Una de las primeras razones que lleva a la humanidad a actuar de esta manera, es el ego. Bendito ego, y no lo digo con ironía, porque por una parte coloca obstáculos, por la otra les impulsa a su propio desarrollo personal y espiritual.
Es el ego que ha atormentado las decisiones de cada uno para con cada uno de ustedes. Es el ego que coarta la libertad. Luego, desde la base del ego, vienen las creaciones mentales que son aplicadas en la sociedad, en forma de estructuras fuertemente arraigadas que impiden la capacidad de que ustedes se expresen abiertamente.
Es el ego la base de todas las cosas inútiles que existen hasta ahora, más el cómo se comportan y como se oprimen los unos a los otros. Ustedes tratan de subsistir. Creen que lo están haciendo bien, pero a medida que pasa el tiempo no es más que esclavitud la que incorporan en la sociedad habitada por ustedes mismos, creada y consentida por ustedes mismos.
¿Qué puedo hacer dice el pobre mendigo?,
¿Qué puedo hacer dice el de clase media?,
¿Qué puedo hacer dice el rico?
Hay una sola cosa que pueden hacer mis amados: ir hacia vuestras propias presencias, sentirlas, estar con ellas, como si de un ejercicio práctico se tratara, solo que de forma más espontánea y natural. Estar con ustedes, vivir el estado de paz y felicidad que yace en vuestro interior.
Todo está ahí. No tienen que viajar a la India, mis amados, o al Tíbet para que se iluminen, para que vivan en presencia y, desde la misma, puedan disfrutar de la libertad tan ansiada día a día por todos ustedes como humanidad.
Han visto el sol, los planetas, las estrellas, los cometas, las galaxias. Seguro que sí mis amados, por medio de vuestra tecnología y de diversos relatos de astrónomos en la antigüedad, han podido constatar y con el tiempo saber sobre los diversos astros en el firmamento.
Estos astros son libres, completamente libres, mis amados. La pregunta obligada es ¿Por qué? ¿Qué los hace tan especiales que son libres y ustedes no? La respuesta, mis amados, está al alcance de sus inteligencias. Un planeta de este sistema solar, cumple a cabalidad sus funciones y en su propia orbita, es libre. Nada ni nadie puede coartar su libertad. Nada ni nadie puede limitar el libre desenvolvimiento de un planeta. No tiene quien lo domine o lo prive de su total libertad. Será por eso que puede expresarse de acuerdo a su naturaleza tal cual es. Sin embargo, tomando como ejemplo este globo, vemos que lo que hay en la superficie del mismo, es naturaleza. No obstante, por el comportamiento inadecuado de los humanos, irrisoriamente también está perdiendo libertad, a lo cual hay que sumarle los otros reinos, como el animal, vegetal, mineral, entre otros.
Es la gente con su bendito ego, que esclaviza a los diversos reinos y se esclavizan los unos a los otros. No pueden hacerlo con un planeta, a lo más llegan a conquistarlo, depredarlo, pero no pueden poseerlo en su totalidad.
El pez más gordo y grande se come al más chico. Esa es la ley que ha estado imperando durante tanto tiempo, desde que la humanidad es humanidad, desde los principios de la misma, de épocas que al parecer pocos registros quedan.
Sí el más fuerte sobrevive, en algún sentido coarta la libertad del más pequeño. A veces el más fuerte abusa del más pequeño y éste abusa del más débil y así sucesivamente. Es una cadena que tarde o temprano mis amados, tendrá que ser cortada.
¿Por qué no hacen esto mismo con algún planeta, estrella o galaxia? Porque no pueden. Pero estoy seguro de que si pudieran hacerlo corromperían la libertad de billones y billones de astros en el espacio cósmico.
Amados, yo los invito a que se suban al carro de la aventura presencial. Ustedes pueden otorgarse libertad a sí mismos y luego los unos a los otros. Sólo tienen que comenzar. Ya es hora de comenzar para que la libertad sea una realidad que se plasme a corto o mediano plazo.
Que mis conceptos sean de ayuda en todo momento, hasta pronto.
Maestro Saint Germain a través de la mediumnidad psicográfica de Misael Godoy.
Fuente: www.centrofuturel.com
http://hermandadblanca.org/ Publicado por: Eva (Redactora GHB) 27 abril, 2015