Pensamiento del Sábado 16 de marzo de 2024.
"Estáis enfermos y tomáis medicamentos. Estos poseen propiedades curativas, claro, pero ello no es suficiente, e incluso serían hasta inoperantes si algo en vosotros no contribuyese a la curación: la materia misma de vuestro cuerpo que, animada y exaltada por vuestro espíritu, es capaz de defenderse.
Los medicamentes combaten, ciertamente, las enfermedades, pero, al mismo tiempo, debilitan el conjunto del organismo. Lo que hay que hacer, es dejar al organismo las posibilidades de defenderse despertando las fuerzas que hay en él.
De la misma manera, un médico no debe ser solamente la persona que prescribe los medicamentos. Un verdadero médico está dotado de una especie de poder mágico: de toda su persona emanan unos fluidos poderosos que penetran al enfermo y le vivifican, le resucitan. Esto es lo que habría que enseñar también a los estudiantes de las facultades de medicina: que, con su presencia, pueden tener una influencia benéfica sobre sus enfermos."