Pensamiento del martes 12 de noviembre de 2019.
"Ya sea físicamente o psíquicamente, la vigilancia y la atención son indispensables. ¿Os falta atención? Haréis un gesto torpe, tropezaréis con un obstáculo, caeréis… Ni vuestro saber, ni vuestra fortuna, ni vuestras virtudes os preservarán. ¡Cuántas personas notables han muerto en accidentes provocados por su falta de atención! Los malhechores, por su parte, conscientes de que pueden ser sorprendidos, son extremadamente vigilantes y, es así, como a menudo escapan de las persecuciones. Entonces, ¿por qué dejar la vigilancia a los malhechores? ¿Os imagináis que vuestra inocencia y vuestra buena voluntad os atraerán automáticamente la protección divina? No, si sois negligentes, nada ni nadie os protegerá.
Diréis: «Pero si me confío a Dios, si le amo, Él me protegerá». Sin duda, pero si no sois vigilantes, incluso vuestro amor por Dios no os salvará. Os dirá: «¿Me amas? Está muy bien, pero yo no estoy ahí para guardar tu morada y tu persona». Ni vuestro amor, ni vuestras buenas cualidades pueden exoneraros de ser vigilantes. Y es incluso más cierto en el plano psíquico.""Ya sea físicamente o psíquicamente, la vigilancia y la atención son indispensables. ¿Os falta atención? Haréis un gesto torpe, tropezaréis con un obstáculo, caeréis… Ni vuestro saber, ni vuestra fortuna, ni vuestras virtudes os preservarán. ¡Cuántas personas notables han muerto en accidentes provocados por su falta de atención! Los malhechores, por su parte, conscientes de que pueden ser sorprendidos, son extremadamente vigilantes y, es así, como a menudo escapan de las persecuciones. Entonces, ¿por qué dejar la vigilancia a los malhechores? ¿Os imagináis que vuestra inocencia y vuestra buena voluntad os atraerán automáticamente la protección divina? No, si sois negligentes, nada ni nadie os protegerá.
Fuente:
http://www.prosveta.com
12 noviembre 2019