Pensamiento del miércoles 20 de noviembre de 2019.
"En sus discípulos, en todos los seres que se le acercan, un verdadero Maestro espiritual reconoce la Divinidad que está en ellos y, es a la Divinidad en ellos, a la que se dirige. Más allá de su apariencia y de su condición a veces miserable, ve almas y espíritus que solo quieren crecer en la belleza y la luz y esas son las almas y los espíritus que él ama. Es inútil predicar el amor al prójimo si no se explica a los humanos lo que deben amar de él y cómo amarlo.
Cuando vemos la forma en que se conducen tantas personas en la vida cotidiana, no podemos amarles, es incluso inútil intentarlo. Alguien se muestra egoísta, desagradable y odioso y, resulta que acabamos de deciros que es vuestro prójimo, que hay que amarle… ¡Es imposible! Es tan imposible que no solo no lo lograréis, sino que haciendo esfuerzos para amar a ese monstruo, le detestaréis aún más. Para lograr amarle, hay que proyectarse más allá de las apariencias, concentrándose en la chispa divina que lo habita y que algún día podrá manifestarse.""En sus discípulos, en todos los seres que se le acercan, un verdadero Maestro espiritual reconoce la Divinidad que está en ellos y, es a la Divinidad en ellos, a la que se dirige. Más allá de su apariencia y de su condición a veces miserable, ve almas y espíritus que solo quieren crecer en la belleza y la luz y esas son las almas y los espíritus que él ama. Es inútil predicar el amor al prójimo si no se explica a los humanos lo que deben amar de él y cómo amarlo.
Fuente:
http://www.prosveta.com
20 noviembre 2019