Pensamiento del miércoles 6 de noviembre de 2019.
"Hay siempre algo sospechoso en la actitud de la gente supuestamente virtuosa que juzga que los «pecadores» deben ser rechazados por Dios sin jamás encontrar gracia cerca de Él. A lo largo de los siglos, esa gente estrecha y fanática, se ha servido de la religión para condenar y perseguir a aquellos que no tenían, según ellos, una conducta irreprochable. Algunos han llegado incluso a inventar el Infierno donde los condenados (¡condenados según ellos!) son arrojados para sufrir castigos eternos y ser privados de la presencia y del amor de Dios para siempre. Pero todo esto no es cierto.
Dios ha puesto en todos los seres humanos una chispa, el espíritu, que es una parte de Él mismo y, es la presencia de esa chispa, la que les hace participar de su naturaleza. Si son culpables, merecen por supuesto ser amonestados e incluso castigados. Pero incluso si estamos obligados a tratarles con severidad y, por un tiempo, mantenerles alejados, nunca hay que olvidar que existe en alguna parte de ellos, profundamente enterrado, una semilla divina y, que esa semilla divina, debe ser respetada por todos.""Hay siempre algo sospechoso en la actitud de la gente supuestamente virtuosa que juzga que los «pecadores» deben ser rechazados por Dios sin jamás encontrar gracia cerca de Él. A lo largo de los siglos, esa gente estrecha y fanática, se ha servido de la religión para condenar y perseguir a aquellos que no tenían, según ellos, una conducta irreprochable. Algunos han llegado incluso a inventar el Infierno donde los condenados (¡condenados según ellos!) son arrojados para sufrir castigos eternos y ser privados de la presencia y del amor de Dios para siempre. Pero todo esto no es cierto.
Fuente:
http://www.prosveta.com
06 noviembre 2019