Pensamiento del miércoles 24 de enero de 2018.
"Durante miles de años, el ser humano ha trabajado en acumular los elementos con los cuales ha formado sus diferentes cuerpos: físico, astral, mental, causal, búdico y átmico. Gracias a estos cuerpos se relaciona con todas las regiones del universo, tanto las más luminosas como las más oscuras que vienen a proyectarse en la pantalla de su consciencia, algo así como en una pantalla de cine.
De esta manera, en dicha pantalla son proyectadas sucesivamente imágenes que son la expresión de su naturaleza inferior, oscura, egocéntrica (los cuerpos físico, astral y mental) o de su naturaleza superior, luminosa, generosa (los cuerpos causal, búdico y átmico). Quien es lúcido puede constatar que con su pensamiento, su voluntad, sus deseos, a menudo remueve pantanos. Pero si ha tocado el Cielo, ve aparecer en su pantalla esplendores, y se instruye. De este modo «toma consciencia», como se dice, de la realidad de los mundos que lo habitan."
"Durante miles de años, el ser humano ha trabajado en acumular los elementos con los cuales ha formado sus diferentes cuerpos: físico, astral, mental, causal, búdico y átmico. Gracias a estos cuerpos se relaciona con todas las regiones del universo, tanto las más luminosas como las más oscuras que vienen a proyectarse en la pantalla de su consciencia, algo así como en una pantalla de cine.
De esta manera, en dicha pantalla son proyectadas sucesivamente imágenes que son la expresión de su naturaleza inferior, oscura, egocéntrica (los cuerpos físico, astral y mental) o de su naturaleza superior, luminosa, generosa (los cuerpos causal, búdico y átmico). Quien es lúcido puede constatar que con su pensamiento, su voluntad, sus deseos, a menudo remueve pantanos. Pero si ha tocado el Cielo, ve aparecer en su pantalla esplendores, y se instruye. De este modo «toma consciencia», como se dice, de la realidad de los mundos que lo habitan."
Fuente:
http://www.prosveta.com