"Nacer implica entrar bajo la ley de la bendición. En efecto, nacer representa la posibilidad que se le ha dado al hombre de reparar sus errores del pasado y de desarrollar los poderes luminosos que dormitan dentro de él.
Un niño sólo puede venir al mundo porque un hombre y una mujer se han unido para manifestar su amor: el amor es el que hace que venga a la vida. Todo ser humano recibe la visita de Dios al nacer. Ya sé que muchos hijos no son realmente hijos del amor, pero hablo en general, me atengo a los principios: cuando hombres y mujeres se encuentran y proyectan ser un día padres y madres, no piensan que su hijo vaya a ser el fruto de la casualidad o el resultado de una acto violento, o que deberán recurrir a medios artificiales de procreación. En el fondo de su corazón y de su alma, todos comprenden el nacimiento como el fruto natural del amor."