"La vigilancia es una condición esencial para el progreso espiritual. En cada instante de la jornada, analizad los pensamientos, los deseos, los sentimientos que pasan a través de vosotros, y también las energías que os abandonan. Es en vuestro laboratorio interior dónde debéis estudiar la realidad de las cosas y observar si seguís andando por el buen camino o si os estáis extraviando.
A veces le pregunto a alguien: «¿En qué piensa?», y me responde: «No lo sé.» Sí, ¡no lo sabe! Hay corrientes y entidades que entran o salen de él, pero no se da cuenta de nada. ¿Cómo un ser así va a poder hacer frente a las situaciones difíciles que necesariamente se le van a presentar? Siempre será débil, estará desorientado, inseguro, ¡siempre se verá zarandeado! Sean cuales sean las corrientes que pasen a través vuestro, esforzaos por reconocer su naturaleza, las regiones de donde vienen; así es como progresaréis. En una Escuela iniciática, sólo hay sitio para los seres que aprenden a ser conscientes."