"El objetivo de la vida espiritual es llevarnos a conocer este estado de conciencia superior que se llama amor divino. Porque el verdadero amor, el que nos acerca a Dios, es un estado de conciencia. Es imposible describirlo y tampoco se les puede explicar a unos seres que no están preparados para vivirlo; todo lo que se puede hacer es tratar de conducirles hacia él poco a poco.
El que llega a alcanzar este estado de conciencia se siente interiormente conectado con el universo entero; entonces es como un instrumento cuyas cuerdas vibran al unísono con todo lo que existe. Una paz profunda le habita y sobre todo experimenta una inmensa benevolencia hacia todos los seres. No sabe de dónde le vienen estas buenas disposiciones, simplemente siente que han invadido su corazón y su alma y le empujan a manifestarse con bondad y comprensión, y de esta manera entra en contacto con la esencia profunda de la creación."