"Actualmente, son los economistas los que consiguen que se les escuche, es a ellos a quienes se les interroga sobre cualquier tema y se les escucha respetuosamente; pero con sus teorías y sus razonamientos a corto plazo, que sólo se refieren a cuestiones materiales, no sólo no contribuyen al bienestar de la humanidad, sino que acabarán provocando su ruina.
¿Qué es ser un verdadero economista? Simplemente alguien que ha comprendido que la economía consiste en primer lugar en no malgastar las fuerzas, las cualidades que el Cielo le ha dado, y se muestra comedido, atento. Primero debe ser dentro de nosotros, en nuestro mundo psíquico, donde la economía debe empezar con el control de los pensamientos, de los sentimientos y de los deseos. Porque nuestro mundo psíquico no está vacío, sino poblado de entidades; y no está abandonado al azar, sino que está organizado y regido por leyes. Si, consciente o inconscientemente, transgredimos estas leyes, molestamos a estas entidades; esto desencadena unos mecanismos que tendrán efectos desastrosos incluso en el plano físico, y ninguna teoría económica, por sabia que sea, logrará neutralizarlos."