"Para aprender un oficio, por modesto que éste sea, como tonelero o barbero, vamos a donde se ejerce este oficio para ver cómo se hacen los toneles o se corta la barba... Pero para aprender a volvernos inmortales y vivir la vida eterna, vamos a preguntarles a los muertos, con el pretexto de que estos muertos han escrito algunos libros. Ahí tenéis la inteligencia de los humanos: es en los libros de los muertos donde van a aprender la vida, en vez de ir a buscarla en alguien que esté verdaderamente vivo.
¿Y quién es este alguien que está vivo? El sol. Pero sólo identifican al sol con la luz del día, con el calor que les produce sensaciones agradables... ¡o también porque les broncea la piel! ¿Cuándo aprenderán a no ver únicamente en el sol su aspecto físico, sino como un poder espiritual capaz de iluminarles y de darles la vida eterna?"