Pensamiento del lunes 21 de marzo de 2016.
"A lo largo de un año, el sol pasa por cuatro puntos cardinales llamados solsticios y equinoccios, y cada uno de ellos marca el principio de una estación. Estos cuatro puntos cardinales son como nudos de fuerzas cósmicas y, en estos períodos, se vierten nuevas energías en el universo. Pero aunque esta renovación de fuerzas se repita regularmente cada año, no por ello se produce automáticamente, mecánicamente. No, todos estos cambios se producen por el trabajo de entidades que tienen el encargo de ocuparse de las piedras, de las plantas, de los animales y de los humanos. Así, cada estación está bajo la influencia de un arcángel: Rafael preside la primavera, Uriel el verano, Mikhaël el otoño y Gabriel el invierno.
Es pues el arcángel Rafael quien reina sobre la primavera. Está a la cabeza de miríadas de espíritus con los que trabaja en la regeneración y el crecimiento de la vegetación. Desde el comienzo de la primavera, podéis por tanto conectaros con el arcángel Rafael: pedidle que os haga receptivos a las virtudes ocultas de los árboles, de las hierbas y de las flores, para que la nueva vida pueda circular también en vosotros."
"A lo largo de un año, el sol pasa por cuatro puntos cardinales llamados solsticios y equinoccios, y cada uno de ellos marca el principio de una estación. Estos cuatro puntos cardinales son como nudos de fuerzas cósmicas y, en estos períodos, se vierten nuevas energías en el universo. Pero aunque esta renovación de fuerzas se repita regularmente cada año, no por ello se produce automáticamente, mecánicamente. No, todos estos cambios se producen por el trabajo de entidades que tienen el encargo de ocuparse de las piedras, de las plantas, de los animales y de los humanos. Así, cada estación está bajo la influencia de un arcángel: Rafael preside la primavera, Uriel el verano, Mikhaël el otoño y Gabriel el invierno.
Es pues el arcángel Rafael quien reina sobre la primavera. Está a la cabeza de miríadas de espíritus con los que trabaja en la regeneración y el crecimiento de la vegetación. Desde el comienzo de la primavera, podéis por tanto conectaros con el arcángel Rafael: pedidle que os haga receptivos a las virtudes ocultas de los árboles, de las hierbas y de las flores, para que la nueva vida pueda circular también en vosotros."