El Drama místico que se realiza en el Huerto de
Getsemaní tiene pues, para el esoterista, el valor inapreciable de un Misterio
iniciático en el que se revela a Cristo como el AVATAR, como el enviado celeste
que ha de vincular el Cielo con la Tierra abriendo para la Naturaleza entera la
perspectiva gloriosa de una LUZ de la más elevada integración. Los hechos
escalonados que irán produciéndose después, la prisión de Jesús, la innoble
elección del populacho, la burla y el escarnio de las gentes, la ascensión al
Calvario, las llagas infligidas al Cuerpo inmaculado y la Muerte en la Cruz son
Misterios menores en comparación con el sufrimiento, la angustia y la
desesperada alternativa de la Renuncia cuando Cristo, perdida para siempre la
esperanza de poder retener en Sí nada ilusorio, exclama: “No Yo, Padre, sino Tu
en Mí”..., “Cúmplase pues tu Voluntad y no la Mía”. Todo ello sucede sin
embargo siguiendo las huellas o el trazado natural de un proceso universal
sabiamente proyectado por la propia Divinidad solar, cuyo Regocijo es perenne y
contempla desde su elevada trascendencia la Gloria que le espera al Cristo, el
mayor de los nacidos de entre la gran familia humana...
Estos Misterios menores que culminan en la
Resurrección llevan finalmente a la Ascensión, siendo interesante comprobar la
analogía de este último gran Misterio con el gran sonido O.M., el del Cristo
resucitado, ya que esotéricamente y tal como puede leerse en alguno de los
libros sagrados de la Jerarquía, “... El A.U.M. es un sonido de Encantamiento,
de Ilusión y de Maya, en tanto que el O.M. es el sonido de Resurrección que
propicia la Ascensión del Iniciado a los Montes Himalayas de la propia
conciencia”. Cristo entona este Mántram coincidiendo con Sus últimas palabras
en la Cruz: “Todo ha sido consumado”, palabras que esotéricamente estudiadas
son la expresión final de aquellas otras que la Naturaleza entera pronuncia
cuando en la inmensidad de los éteres universales se extinguen las Palabras
Mágicas del Creador “HÁGASE LA LUZ”, es decir, “HÁGASE SEÑOR TU VOLUNTAD”.
Todo ha sido consumado pues en la vida de la
Naturaleza, a la que Cristo representando al alma humana, renuncia
definitivamente para poder penetrar en el Reino de los Cielos, libre por
completo y para siempre de todos los conflictos; tristezas y dificultades
características de la vida del Cuarto Reino, el de los seres humanos. A este
Quinto Misterio denominado de Resurrección se penetra inmediatamente después
que el O.M. solar, el sonido liberador, actúa sobre los éteres poniéndolos en incandescencia
y determinando por esta indescriptible adición de Fuego eléctrico,
increíblemente dinámico ya que es consustancial con la propia Vida del Creador,
la rotura de los diques de contención que separaban dentro del corazón de
Cristo, el gozo de Su vida de alto Iniciado de las penas y aflicciones de los
tres mundos del esfuerzo humano y provocando por esta indescriptible proyección
de Fuego eléctrico la destrucción del Cuerpo casual, el Cuerpo de Luz al que
frecuentemente aludía Pablo, el Apóstol iniciado.
La Ascensión, un nuevo Misterio iniciático,
presupone la entrada consciente en el Reino supremo de SHAMBALLA, proceso que
forzosamente deberemos seguir desde muy lejos y afinando mucho nuestros poderes
intuitivos. Este Misterio nos habla, sin embargo, de un proceso eminentemente
científico de pérdida de gravedad, de peso o de sustancia. Así debe ser, ya que
el triple A.U.M., o sea la mente razonadora, la emoción humana y el tabernáculo
físico han perdido por completo sus correspondientes pesos específicos al
haberse introducido en ellos sustancia etérica de la más elevada sutilidad y
pureza proveniente del subplano atómico de cada uno de los tres Planos o
Niveles inferiores creados por el poder mantrámico del A.U.M. y de los cuales
GASPAR, MELCHOR y BALTASAR extrajeron sus dádivas, sus dones y sus
ofrecimientos para el alma humana en proceso de reencarnación o de nuevo
nacimiento.
Pregunta: ¿Hay una directa relación entonces
entre los Misterios básicos del Cristianismo con las Iniciaciones a las que
frecuentemente aludieron personajes esotéricos tan conocidos como Mme.
Blavatsky, Annie Besant o Mr. Leadbeater?
Respuesta: Sí, hay una directa y muy estrecha
relación entre los Misterios del Cristianismo y los Misterios Iniciáticos
mencionados en cualquier tratado esotérico o místico de Oriente. Pero, démonos
cuenta de que en el centro mágico de cualquier tipo de Misterio se halla la
resplandeciente figura de Cristo, o de Krishna, Centro de la Jerarquía
espiritual de nuestro mundo. Cuando en los escritos místicos cristianos se
utiliza la frase: CRISTO Y SU IGLESIA, se hace una directa alusión a su
posición planetaria como Guía de la Gran Fraternidad Blanca que guía el destino
espiritual del planeta Tierra. La primera Iniciación que, como se sabe, tiene que
ver con el proceso de “regeneración física”, está directamente relacionada con
el drama psicológico del Nacimiento. La segunda Iniciación, o revelación del
segundo Misterio, está relacionada con “la regeneración emocional”, astral, o
psíquica del candidato, siendo el elemento “agua” en todas sus posibles
densidades, la expresión simbólica del plano astral, el sexto Gran Plano del
Sistema solar con sus siete correspondientes subplanos acuosos.
Lo mismo ocurre, naturalmente, con la revelación
del tercer Gran Misterio denominado de la Transfiguración, siendo el Fuego de
la Mente el elemento que manipula, coordina y fusiona los tres cuerpos del
Iniciado. La sustancia de la Luz, el Fuego solar, le es mostrado al Iniciado en
el momento en que plenamente integrados los vehículos físico, psíquico y mental
puede ascender por equilibrio de funciones psicológicas al Monte Tabor de su
conciencia, es decir, a aquel punto intermedio entre el centro Ajna y el
Coronario, entre la glándula pituitaria y la glándula pineal, siendo consciente
por vez primera en su vida de Iniciado del poder del Espíritu de la Vida divina
que arde en su interior.
Por primera vez y como el preámbulo de los
grandes Misterios universales que van a producirse más adelante, puede
contemplar el Iniciado la Gloria del Padre creador y resistir sin peligro la
Presencia de SANAT KUMARA, el Señor del Mundo y Dispensador de toda posible
Gloria Celeste. Fue necesario, sin embargo, una plena y total sumisión de los
tres cuerpos a la Voluntad del Yo espiritual para lograr producir y propagar la
Luz que es esencia de la Vida del Señor planetario, convirtiéndose el Iniciado
en “un Centro de Luz de la Conciencia divina, por fusión de los tres fuegos
menores, es decir, los de la naturaleza física o Kundalini, los de la
naturaleza psíquica, o Fuego solar y los de la naturaleza mental, o Fuego de
Fohat. La integración de los tres fuegos menores determina la revelación del
Fuego unificador del Espíritu. Por tal motivo, en uno de los libros sagrados de
la Jerarquía puede leerse: “El Tercer Misterio que se le revela al Iniciado es,
en realidad, el primer gran Misterio de SHAMBALLA, o primera Iniciación solar
ya que en ella actúa como Hierofante el propio Señor del Mundo”.
El trabajo de los fuegos menores abrió el camino
para la expresión del Fuego que arde en los altos lugares del Sistema. FOHAT se
le revela así al Iniciado como una Serpiente ígnea de intensísimos resplandores
que desciende desde arriba del propio Corazón de la Divinidad el Cual, según
místicamente se nos dice “es un Fuego Consumidor”, en tanto que en las
anteriores Iniciaciones la Serpiente de Fuego, aliada a la sustancia creadora
de toda posible forma expresiva de la Naturaleza, ascendía desde abajo, a
partir de la base de la columna vertebral del Iniciado. En el Misterio de la
Transfiguración, el Fuego desciende desde el Centro Coronario produciendo a su
paso el despertar de la sabiduría oculta que arde en cada una de las células
del cerebro. Este es el secreto iniciático que deberá ser revelado por una gran
cantidad de seres humanos en el devenir de la gloriosa Era de Acuario.
La Cuarta Iniciación, tal como es considerada en
los estudios esotéricos, implica al igual que en el Cuarto Misterio del
Cristianismo, “pasión y muerte”.
El Iniciado percibe cómo los últimos residuos de
su pasado kármico se precipitan sobre su vida personal exigiendo un inmediato
ajuste de cuentas. Todo cuanto a través de la infinita cadena de muertes y
nacimientos albergó en su corazón dándole la noción de un “yo” separado del
conjunto universal, debe ser consumado y extinguido. Y, como consecuencia, la
sustancia de precipitación que no es otra cosa que “Fuego purificador”
proveniente de la divina Mónada espiritual actuando por medio del FOHAT
cósmico, se proyecta sobre el cuerpo causal del Iniciado produciendo la
inevitable destrucción del mismo y liberando al Ángel solar, el Gran Prisionero
de la Cárcel del Tiempo, para que retorne al Nirvana de donde procede. La
rotura de los diques de contención y la consiguiente expansión de la energía
causal producidas por la doble actividad del Fuego eléctrico de Fohat y de la
sustancia de precipitación kármica producen Liberación. Esta tiene dos amplias
vertientes, una relacionada con el Ángel solar, el YO superior del hombre, que
hasta este momento había sido el Gran intermediario entre el Alma y la Mónada
espiritual; la otra corresponde a la vida de la propia Mónada trabajando desde
el centro del corazón mismo del Iniciado el cual, por vez primera desde el
momento místico del proceso planetario de la Individualización, puede
establecer contacto con el Dios solar sin intermediario celeste alguno,
triunfando como es de ley de todas las pruebas kármicas de la vida y uniendo
-tal como esotéricamente se dice- “el Cielo y la Tierra dentro de su corazón”.
En realidad, todo ha sido consumado, ya no queda
en el corazón del Iniciado rescoldo alguno de pasión humana. Sólo existe una
vibrante y eterna conciencia de SER dentro de la Vida de Dios. El gozo de tal
unión ha reemplazado así el dolor y la angustia del “yo” separado. El Iniciado
se ha convertido “por obra y gracia del Espíritu de Vida” en un Maestro de
Compasión y de Sabiduría, es decir, en un Adepto de la Buena Ley. Esta es la
Quinta Iniciación y mediante ella es posible establecer un contacto permanente
con el indescriptible Santuario místico de SHAMBALLA.
La respuesta, como ustedes verán, ha debido ser
algo extensa por su directa relación con cuanto fue tratado en nuestra
conversación de hoy. Espero que haya servido para aclarar algo más el sentido
de los Misterios espirituales y de su expresión práctica en nuestra vida de
aspirantes espirituales.
Pregunta: Cuando usted habla de SHAMBALLA... ¿En
qué sentido lo hace?, ¿como lugar físico o como un estado particular de conciencia
en la vida de la Naturaleza planetaria?
Respuesta: Cuando hablo de SHAMBALLA -y lo hago
con toda reverencia- le doy al nombre un sentido amplio y total, ya como “un
lugar en el tiempo”, ya como un estado particular de vida y de conciencia de la
Divinidad solar encarnada en nuestro planeta. El “lugar” puede ser localizado
por Aquellos que han trascendido la vida humana en un determinado punto del
Desierto de Gobi, en el Asia Central, que los esoteristas llaman “la Isla
Blanca”. El estado de conciencia -más allá de nuestra razón y de nuestras más
elevadas concepciones se centraliza en aquella excelsa Entidad, indescriptible
Directora de los destinos de nuestro mundo, esotéricamente definida como el
Logos planetario: o SANAT KUMARA, quien utiliza el centro místico de SHAMABALLA
para derramar sobre la Tierra los poderes infinitos de Su eterna Bendición.
Pregunta: En sus dos conversaciones anteriores
acerca del tema de la Magia fue usted mucho más concreto y científico, en tanto
que en la de hoy parece haber hablado usted en términos místicos. ¿A qué
obedece este cambio?
Respuesta: Según se nos ha enseñado
esotéricamente la introducción al sagrado Recinto de la Sabiduría exige siete
claves de conocimiento. Las que corresponden al conocimiento filosófico y
científico fueron utilizadas en nuestras pasadas conversaciones. Hoy hemos
utilizado la clave mística para explicar idénticas cosas, utilizando los
Misterios de la Iglesia cristiana para confirmarlas. Las fuerzas lunares
constituyentes de los vehículos inferiores del alma espiritual están
simbolizadas, o mejor dicho, centralizadas en el Maestro Jesús, quien ha de
purificar tales vehículos y hacerlos resplandecientes para convertirlos en el
Templo infinito de las fuerzas solares que utilizará el Cristo, el Avatar, el
símbolo perfecto del alma humana. Con respecto al sonido A.U.M. relacionado con
los vehículos periódicos que utiliza el ser humano, tenemos la siguiente
analogía:
A. Cuerpo Mental GASPAR elemento ORO
B. Cuerpo Emocional MELCHOR elemento INCIENSO
C. Cuerpo Físico BALTASAR elemento MIRRA
Como verá, sólo se trata de aplicar
correctamente la analogía hermética y el conocimiento, sea cual sea la clave
mediante la cual se exprese, siempre resultará efectivo y concluyente…
Vicente Beltrán Anglada
www.trabajadoresdelaluz.com.ar