Pensamiento del martes 29 de marzo de 2016.
"Los espíritus luminosos en el mundo invisible hacen intercambios de amor sin cesar: se encuentran en el espacio, se saludan, se penetran con puros rayos y siguen su camino. El que no tengan cuerpo físico no les impide hacer intercambios y amarse. Vosotros también, hacéis miles de intercambios que no son físicos con las criaturas que hay a vuestro alrededor. No dais besos a todo el mundo, ni tenéis a todo el mundo en vuestros brazos, pero no cesáis de tener encuentros que os alimentan y os hacen felices. ¿Por qué no aumentar el número y la calidad de estos intercambios? El amor, tal como lo comprenden la mayoría de los humanos, este amor ávido, egoísta, posesivo, celoso, cruel, es una verdadera esclavitud.
Diréis «Pero nosotros tenemos un cuerpo, no podemos manifestarnos como los ángeles.» En realidad, debéis saberlo, no es vuestro cuerpo el que más se opone a las manifestaciones espirituales del amor, sino vuestro mundo psíquico que no habéis aprendido a controlar, a iluminar. Tener un cuerpo no impide acercarse a esta concepción espiritual del amor, porque el alma y el espíritu en nosotros son tan reales como el cuerpo físico, y pueden hacer intercambios con todas las demás almas y todos los demás espíritus del universo."
"Los espíritus luminosos en el mundo invisible hacen intercambios de amor sin cesar: se encuentran en el espacio, se saludan, se penetran con puros rayos y siguen su camino. El que no tengan cuerpo físico no les impide hacer intercambios y amarse. Vosotros también, hacéis miles de intercambios que no son físicos con las criaturas que hay a vuestro alrededor. No dais besos a todo el mundo, ni tenéis a todo el mundo en vuestros brazos, pero no cesáis de tener encuentros que os alimentan y os hacen felices. ¿Por qué no aumentar el número y la calidad de estos intercambios? El amor, tal como lo comprenden la mayoría de los humanos, este amor ávido, egoísta, posesivo, celoso, cruel, es una verdadera esclavitud.
Diréis «Pero nosotros tenemos un cuerpo, no podemos manifestarnos como los ángeles.» En realidad, debéis saberlo, no es vuestro cuerpo el que más se opone a las manifestaciones espirituales del amor, sino vuestro mundo psíquico que no habéis aprendido a controlar, a iluminar. Tener un cuerpo no impide acercarse a esta concepción espiritual del amor, porque el alma y el espíritu en nosotros son tan reales como el cuerpo físico, y pueden hacer intercambios con todas las demás almas y todos los demás espíritus del universo."