"Amad al Creador, Aquél que es el origen de toda la vida, y Le sentiréis manifestarse a través de cada criatura. Es a Él, el Único, al que amaréis en ellas, y será Él el único que colme las aspiraciones de vuestro corazón y de vuestra alma. ¡Cuántos hombres y mujeres, cuyas aventuras amorosas cuenta la historia, tuvieron destinos trágicos porque no habían comprendido esta verdad!
Los seres de carne y hueso a los que decís que amáis y buscáis no son más que intermediarios, conductores destinados a transmitir las energías divinas, y si queréis seguir amándoles, debéis pensar en restablecer cada día el contacto con el mundo de arriba. No tenéis que preocuparos por saber a quién vais a amar ni por quién vais a ser amados. Amad a Dios primero, y Él se presentará a vosotros, os sonreirá y os colmará de gozo a través de sus criaturas. Las amaréis y seréis amados por ellas, porque amaréis en ellas a la Divinidad que las habita, y ellas también descubrirán a la Divinidad a través de vosotros."