"El Maestro Peter Deunov decía: «Si los humanos se dejan llevar por el pesimismo, es porque no saben qué dirección dar a su movimiento.» ¿De qué clase de dirección hablaba? Para simplificar, podemos decir que existen dos direcciones: hacia lo alto, el mundo espiritual, y hacia abajo, el mundo material. El mundo material y el mundo espiritual nos presentan cada uno sus riquezas; en ambos casos, estas riquezas no son fáciles de adquirir, pero las dificultades no se viven de la misma manera según busquemos unas u otras.
Aquel que se concentra en las realizaciones materiales, en las posesiones, el dinero, el poder, la gloria, si no consigue sus fines, siente amargamente sus fracasos. Mientras que aquel que se concentra en las realizaciones espirituales se siente siempre sostenido. Al tener unas aspiraciones superiores, teje continuamente lazos con el mundo divino, y estos lazos producen en él unas vibraciones secretas. Aunque no llegue a realizar plenamente todas sus aspiraciones, estas vibraciones que siente en lo más profundo de su ser le protegen y le mantienen a resguardo del desánimo."