"Mañana empieza un nuevo año, y cuando os encontréis, os diréis unos a otros: «¡Buen año!... ¡Feliz año!» Sí, pero no porque el calendario anuncie un nuevo año, necesariamente va a ser nuevo para vosotros. El calendario es una cosa, y vosotros otra.
Si queréis que el nuevo año sea verdaderamente nuevo para vosotros, consideradlo como un ser vivo y rico que os trae grandes regalos: gozo, paz, amor... Pero sólo vais a recibir estos regalos si preparáis sitio en vosotros para acogerlos. Inspeccionad vuestra cabeza y vuestro corazón para expulsar de ellos toda clase de cosas viejas acumuladas. El fin de año debe ser el momento de una gran limpieza. Así pues, preved espacios en vosotros para recibir el nuevo año en la pureza y la luz."