Pensamiento del miércoles 29 de marzo de 2017.
"No existe verdaderamente una realidad objetiva: para todo ser humano, la única realidad es lo que vive, lo que siente. Tomad el caso de alguien que tiene alucinaciones: se siente perseguido por monstruos, está aterrorizado y huye dando gritos. Físicamente, visiblemente, nadie le está persiguiendo; pero se siente perseguido, sufre, y cuando alguien sufre ¡id a decirle que es una ilusión! Su sufrimiento es real. De la misma manera, ocurre que en medio de las peores condiciones materiales ciertos seres experimentan iluminaciones, éxtasis, y aquí de nuevo ¿cómo persuadirles de que esto no es la realidad? Están realmente sumidos en la felicidad.
El sufrimiento o la alegría que experimenta son quizá las únicas cosas que el hombre no pone en duda. Y en efecto, podemos dudar de lo que vemos, de lo que oímos, de lo que tocamos, pero lo que sentimos, lo que vivimos, no podemos jamás ponerlo en duda; es una realidad. En este sentido se puede decir que el ser humano es el dueño de la realidad, porque si decide que el Cielo habite en él, lo logrará, y cualesquiera que sean las
"No existe verdaderamente una realidad objetiva: para todo ser humano, la única realidad es lo que vive, lo que siente. Tomad el caso de alguien que tiene alucinaciones: se siente perseguido por monstruos, está aterrorizado y huye dando gritos. Físicamente, visiblemente, nadie le está persiguiendo; pero se siente perseguido, sufre, y cuando alguien sufre ¡id a decirle que es una ilusión! Su sufrimiento es real. De la misma manera, ocurre que en medio de las peores condiciones materiales ciertos seres experimentan iluminaciones, éxtasis, y aquí de nuevo ¿cómo persuadirles de que esto no es la realidad? Están realmente sumidos en la felicidad.
El sufrimiento o la alegría que experimenta son quizá las únicas cosas que el hombre no pone en duda. Y en efecto, podemos dudar de lo que vemos, de lo que oímos, de lo que tocamos, pero lo que sentimos, lo que vivimos, no podemos jamás ponerlo en duda; es una realidad. En este sentido se puede decir que el ser humano es el dueño de la realidad, porque si decide que el Cielo habite en él, lo logrará, y cualesquiera que sean las