Pensamiento del viernes 31 de marzo de 2017.
"Cada cosa y cada ser en la creación tiene dos polos. Tomemos como ejemplo el árbol: a través de sus ramas y sus hojas, se alimenta de aire y de luz, mientras que a través de sus raíces se alimenta de agua y de tierra. Y el hombre, como el árbol, recibe fuerzas de arriba y fuerzas de abajo.
Cuando Adán y Eva vivían en el Paraíso, en el Jardín del Edén, era como si vivieran en las flores. Las flores están expuestas al aire y a la luz del sol, reciben la visita de las mariposas, de las abejas: es una vida celestial y radiante la que se vive en las flores. Pero el día que, bajo la influencia de la serpiente, Adán y Eva abandonaron las flores y descendieron a través del tronco hasta las raíces del Árbol cósmico, tuvieron que sufrir la oscuridad y el frío; sintieron entonces el peso de la materia y todo se hizo más difícil: moverse, alimentarse, etc. Y ésta es aún la situación de la humanidad actual. Pero el trabajo del discípulo consiste, precisamente, en aprender a dominar y a utilizar las fuerzas subterráneas para producir en la cima de su ser flores y frutos."
"Cada cosa y cada ser en la creación tiene dos polos. Tomemos como ejemplo el árbol: a través de sus ramas y sus hojas, se alimenta de aire y de luz, mientras que a través de sus raíces se alimenta de agua y de tierra. Y el hombre, como el árbol, recibe fuerzas de arriba y fuerzas de abajo.
Cuando Adán y Eva vivían en el Paraíso, en el Jardín del Edén, era como si vivieran en las flores. Las flores están expuestas al aire y a la luz del sol, reciben la visita de las mariposas, de las abejas: es una vida celestial y radiante la que se vive en las flores. Pero el día que, bajo la influencia de la serpiente, Adán y Eva abandonaron las flores y descendieron a través del tronco hasta las raíces del Árbol cósmico, tuvieron que sufrir la oscuridad y el frío; sintieron entonces el peso de la materia y todo se hizo más difícil: moverse, alimentarse, etc. Y ésta es aún la situación de la humanidad actual. Pero el trabajo del discípulo consiste, precisamente, en aprender a dominar y a utilizar las fuerzas subterráneas para producir en la cima de su ser flores y frutos."