Pensamiento del Sábado 18 de marzo de 2017.
"Hay que saber utilizar alternativamente las facultades del intelecto y las del corazón, es decir, equilibrar la corriente fría que circula en la región de la sabiduría con la corriente cálida del amor. La verdad está en ese equilibrio. Si no está moderado por la sabiduría, el amor conduce a la sensiblería, al abandono y a la sensualidad. Pero la sabiduría sin el amor, conduce a la frialdad, al desprecio y a la crueldad. Así pues, el frío de la sabiduría debe moderar el calor del amor, y el calor del amor debe moderar el frío de la sabiduría. La verdad, es decir la vida, encontrará en ese clima moderado las mejores condiciones.
Para que el grano de trigo se desarrolle normalmente, necesita calor, pero no demasiado, y de frío, pero tampoco demasiado. Hay una temperatura adecuada para todas las semillas, y ¿por qué no habría de haberla también para esta semilla que es el ser humano? ¿Por qué habría de ser una excepción?"
"Hay que saber utilizar alternativamente las facultades del intelecto y las del corazón, es decir, equilibrar la corriente fría que circula en la región de la sabiduría con la corriente cálida del amor. La verdad está en ese equilibrio. Si no está moderado por la sabiduría, el amor conduce a la sensiblería, al abandono y a la sensualidad. Pero la sabiduría sin el amor, conduce a la frialdad, al desprecio y a la crueldad. Así pues, el frío de la sabiduría debe moderar el calor del amor, y el calor del amor debe moderar el frío de la sabiduría. La verdad, es decir la vida, encontrará en ese clima moderado las mejores condiciones.
Para que el grano de trigo se desarrolle normalmente, necesita calor, pero no demasiado, y de frío, pero tampoco demasiado. Hay una temperatura adecuada para todas las semillas, y ¿por qué no habría de haberla también para esta semilla que es el ser humano? ¿Por qué habría de ser una excepción?"