Pensamiento del lunes 5 de agosto de 2019.
"El discípulo de una enseñanza espiritual tiene conciencia de ser habitado por algo bello y grande que no aspira más que a manifestarse, y busca la ayuda de entidades luminosas del mundo invisible. Su deseo emana de él como un fluido sutil y las entidades que lo captan están siempre preparadas para responder a su petición. Pero una cosa es tener un ideal espiritual, y otra es mantenerlo firmemente en nuestra alma. Cuando hemos conseguido elevarnos interiormente, es difícil mantenerse en la cima. Es preciso por tanto agarrarse, porque es arriba donde está el aire puro, la luz, la libertad.
"El discípulo de una enseñanza espiritual tiene conciencia de ser habitado por algo bello y grande que no aspira más que a manifestarse, y busca la ayuda de entidades luminosas del mundo invisible. Su deseo emana de él como un fluido sutil y las entidades que lo captan están siempre preparadas para responder a su petición. Pero una cosa es tener un ideal espiritual, y otra es mantenerlo firmemente en nuestra alma. Cuando hemos conseguido elevarnos interiormente, es difícil mantenerse en la cima. Es preciso por tanto agarrarse, porque es arriba donde está el aire puro, la luz, la libertad.
En nuestro universo, es el sol el que representa la cima, el espíritu. Para alcanzar la cima en uno mismo y permanecer en ella, el discípulo de la ciencia espiritual debe hacer cada día el esfuerzo de elevarse hasta el sol. Cuando después descienda para encarar los acontecimientos sean cuales sean, una parte de él permanecerá en lo alto, en el sol, que le inspirará en todas sus decisiones."
Fuente:
http://www.prosveta.com
05 agosto 2019