Pensamiento del viernes 30 de agosto de 2019.
"Al igual que el hijo quiere al menos igualar a su padre o a su madre, un discípulo toma a su Maestro como modelo. Pero el ideal a alcanzar, no es ni su padre, ni su madre, ni su Maestro, sino Dios mismo que le ha creado a su imagen. El Maestro es una puerta, una etapa, un educador durante un cierto tiempo. No está escrito en ninguna parte que el discípulo esté obligado a pararse en él. A través de su Maestro, debe ir hacia Dios. Y si su Maestro ha llegado hasta Dios, estará con él cerca de Dios.
"Al igual que el hijo quiere al menos igualar a su padre o a su madre, un discípulo toma a su Maestro como modelo. Pero el ideal a alcanzar, no es ni su padre, ni su madre, ni su Maestro, sino Dios mismo que le ha creado a su imagen. El Maestro es una puerta, una etapa, un educador durante un cierto tiempo. No está escrito en ninguna parte que el discípulo esté obligado a pararse en él. A través de su Maestro, debe ir hacia Dios. Y si su Maestro ha llegado hasta Dios, estará con él cerca de Dios.
«Aquél que crea en mi hará también las obras que yo hago, e incluso las hará mayores», dice Jesús en los Evangelios. Jesús deseaba que aquellos que quieran seguirle, hagan grandes cosas, más grandes incluso que las que había hecho él. ¿Es posible? Si, y si Jesús ha pronunciado palabras de tal impersonalidad, es porque no trabajaba para su propia gloria, sino para la obra de Dios, para la realización de su Reino en la tierra."
Fuente:
http://www.prosveta.com
30 agosto 2019