22-03-2015
El
chico ya está grande. Pero en 1991, cuando tenía pocos años, no tuvo mejor idea
que escribir un libro revolucionario llamado “Vengo del Sol”.
Un recopilado de todos los recuerdos de un niño, Flavio
Cabobianco, entre los 3 y 10 años de edad. Un testimonio que puede ayudar
enormemente a otros niños que estén pasando por lo mismo y, a la vez, a los
adultos que deben aprender a escucharlos con mente abierta. Ellos son nuestros
grandes Maestros.
El libro surgió a partir de un trabajo de ordenamiento que hizo
la periodista austro-argentina Ama Hilde Brostrom sobre las notas de Alba
Zuccoli y Omar Néstor Cabobianco, los padres de Flavio.
En los encuentros con ella, Flavio, que entonces tiene 8 años,
agregó comentarios a los dibujos y esquemas que facilitaban, según el
pequeñito, la comprensión de sus explicaciones sobre temas como la formación de
la materia, la misión al encarnar, los recorridos de las almas, la energía de
los planetas y el Universo, el tiempo-espacio, etc.
“El libro que terminé de gestar cuando tenía aún diez años
cambió mi vida rotundamente.
Nos educan para olvidar que creamos, co-creamos lo que llamamos
realidad. La vida es tan mágica… vivir es un acto creativo. La escritura es
para que hable el alma; o si no, no vale la pena. A veces estoy confundido.
Estar confundido es fantástico porque es estar aprendiendo y estar vivo.
Prefiero expresarme en un libro porque tiene vida, tiene mi energía. Al abrir
sus hojas otorga todo lo que tiene para entregarlo al mundo”, dijo Flavio, poco
tiempo después de terminar su obra.
Prólogo
imperdible
“Nuevos niños están naciendo. Son humanos diferentes, aunque no
lo parezcan. Yo soy sólo uno de ellos, uno de los primeros. La humanidad está
cambiando. La conexión con lo espiritual está más abierta. Todos los niños
pueden ahora mantenerse unidos a su esencia.
Los bebés lloran porque es muy difícil este planeta. Un bebé
trata de expresarse vía telepática, pero no le funciona porque todo aquí es muy
denso. Ve todo, lo malo y lo bueno, lo falso y lo verdadero.
En otros planetas uno ve lo que quiere. Ver es una manera de
decir, ya que no hay ojos físicos, uno se focaliza en lo que le interesa y se
puede cerrar cuando quiere. El recién nacido está asustado, encerrado en
la realidad física.
Extraña la unidad esencial de donde viene, entonces se adhiere
rápidamente a las personas que lo cuidan. Traspasa a los padres el lugar del
Ser Supremo. Los padres, si creen sólo en lo material, lo involucran cada vez
más en lo físico.
Al enseñarle a hablar, limitan su pensamiento. Los niños al
crecer, van perdiendo la conexión con su origen. Para ayudar a los chicos hay
que ayudar a los grandes. Si los padres están abiertos, van a cuidarlos sin
imponerles sus propias ideas, su visión del mundo. Lo principal es darles
espacio, darles tiempo, dejarlos pensar, dejarlos que hablen.
Los humanos aprenden a usar un solo punto de vista, el cotidiano
que sirve para lo físico y para vivir en sociedad. Los niños, al jugar
practican esta realidad. Seguir abierto es mantener otros puntos de vista. Por
ejemplo, el punto de vista Exterior es “ver” desde fuera de la Tierra y, más
aún, desde fuera de la parte manifestada del Universo.
El punto de vista Central es “ver” desde el Núcleo, esencia
energética de Dios. El punto de vista Interior es “mirar” desde dentro del
núcleo interno del propio ser, y ver el núcleo de otros seres. A los niños se
les hace practicar sólo el punto de vista Cotidiano. Entonces limitan el uso de
sus ondas mentales y aprenden a focalizarse en el plano físico. Es como usar
apenas una partecita de una computadora.
Una vez que están programados de esta manera, es difícil que se
abran, pueden confundirse. Hay que tener mucha paciencia para reabrir la
conexión espiritual. La mayor parte de los seres humanos viven toda su vida
olvidados de la totalidad. La unidad superior la mantienen cuando son bebés y a
veces la recuperan poco antes de morir.
Buscan la felicidad externa porque pierden la interna. Sufren
por los deseos y también por la adicción a otros seres humanos. Un niño nuevo
sabe que es parte de la Totalidad. Si se le quiere enseñar la idea de “mío” se
confunde, cree que todo es de él. Hay que dejarlo compartir.
Entrevista.
4 Vídeos
Parte 1: http://www.youtube.com/watch?v=zljpDOh_hrM
Parte 2: http://www.youtube.com/watch?v=vTGsUwZM9Zo
Parte 3: http://www.youtube.com/watch?v=5z43vXLKyJU
Parte 4: http://www.youtube.com/watch?v=n37XuseKUf0
WebSite: http://www.nuevamentes.net/
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Re-Publicado por ANSHELINA, la Luz que llama a despertar
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