Por Jennifer Hoffman
http://enlighteninglife.com
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18 de enero 2015
Traducción: Fara González
Difusión: El Manantial del Caduceo
http://www.manantialcaduceo.com.ar/libros.htm
https://www.facebook.com/ManantialCaduceo
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Lo escucho de miles de personas cada semana y muchos se están
preguntando por qué tantas relaciones terminan ahora, lo cual incluye a
relaciones entre amigos, compañeros, esposos y familias. Alguien escribió ‘las
familias se están fracturando ahora’; otro escribió ‘todos mis amigos se están
divorciando’ y preguntó ¿nos estamos dirigiendo hacia un tiempo en el cuál no
habrá más relaciones? No es así. De hecho estamos despejando el camino para
poder tener relaciones basadas en el alma en el lugar de en el karma. Y aunque
no todas las relaciones terminan, muchas están en revisión y avanzarán con
fuerza o terminarán con un cierre y no más karma.
Hubo un tiempo en el cual honrar los lazos familiares era incuestionable
y los matrimonios duraban hasta la muerte, independientemente de lo que
sucediera a puertas cerradas. Los tiempos han cambiado y eso es bueno porque
algunas familias y matrimonios son verdaderamente horribles. Pero estos lazos
son profundos, mucho más profundos de lo que reconocemos porque están basados
en el karma y los contratos del alma, propósitos de sanación, promesas y
obligaciones que hemos honrado durante muchas vidas. Con el fin del karma, que
es uno de los propósitos y potenciales de esta vida, cualquier relación basada
en el karma está ahora en revisión y puede liberarse o comenzar con una nueva
conexión energética.
Por mucho que queramos tener la familia o matrimonio perfectos, muy
pocas personas lo hacen pero eso depende de cómo definamos ‘perfecto’. Pienso
que todos queremos relaciones con personas que sean amorosas y que nos traten
con bondad y respeto. A pesar de lo que creamos, el propósito real de la familia
es el de unir a un grupo álmico de forma que facilite y estimule la sanación,
creando una conexión poderosa para que pueda ocurrir la sanación. Con la
familia tenemos muchas expectativas de comportamiento y aunque algunos elijan
ser bondadosos, honestos y amorosos, algunos no quieren eso. Entonces, debido a
que tenemos expectativas tan fuertes respecto a lo que debe ser y hacer la
‘familia’, cuando no suceden esas cosas creemos que hay algo malo con nosotros
o que es nuestro deber arreglarlas o sanarlas.
Lo mismo sucede con los matrimonies o las relaciones a largo plazo de
cualquier tipo, incluyendo con nuestros hijos (ellos también tienen un karma
con nosotros). Muchas de nuestras expectativas se basan en lo que creemos,
basado en el tipo de conexión en lugar del entendimiento de la naturaleza
sanadora de los ciclos kármicos. Por ejemplo, porque ellos son mi familia se
supone que sean buenos conmigo y me amen. O porque es mi esposo espero que sea
amoroso, considerado y fiel. O amigos que se supone que sean considerados y nos
apoyen. O se supone que tenga una relación amorosa, respetuosa y conectada con
mis hijos (ésta es una de las más difíciles y también ocurren rupturas entre
padres e hijos).
Pero lo que nos unió fue un sendero kármico compartido y un propósito de
sanación, no una promesa de ‘felices para siempre’ con ellos. Esto no significa
que los lazos familiares y los matrimonios necesiten terminar ahora. En su
lugar, tenemos una oportunidad de apartarnos del karma y de fijar nuevos
estándares de conexión para nosotros mismos. Si queremos tener relaciones
alegres, amorosas, respetuosas, bondadosas y plenas, necesitamos estar
conectados con personas que puedan incorporar esas energías y no esperar eso
porque tengamos expectativas de esos comportamientos provenientes de ciertas
personas basándonos en una etiqueta asociada a una conexión.
Solamente se necesita la voluntad de una persona de salirse del karma
para terminarla y para crear un nuevo sendero para esa relación. Si las otras
personas involucradas acceden, entonces se crea un nuevo paradigma y podemos
tener un ‘felices para siempre’ con ellos. De no ser así, entonces tenemos
cierre y liberación, y podemos poner nuestra mira en atraer a personas que
puedan conectarse con nosotros al nivel que queremos. Donde quiera que
identifiquen una brecha en su vida (del mensaje de la semana pasada) hay una
oportunidad para revisión, para fijar un nuevo estándar de energía para esa
conexión para que se pueda liberar o renovar a un nuevo nivel.
Estamos acercándonos al final de la cuadratura Urano/Plutón en marzo del
2015 y, lo más importante, el cierre de un ciclo muy largo para toda la
humanidad, marcado por las lunas nueva y llena de marzo, a 0 y 29.57º de
Piscis. Este es el alfa y el omega, el comienzo y el final. Somos el
empoderamiento de la nueva era, del cielo en la tierra, de los paradigmas de la
nueva tierra. Es aquello en lo que nos enfoquemos ahora y la revisión y cierre
que hagamos lo que nos impulsará hacia nuevos paradigmas de ser y hacia
relaciones con mayor frecuencia energética basadas en familias álmicas en lugar
de familias humanas basadas en el karma, y con compañeros que puedan unirse a
nosotros en nuestra totalidad en lugar de en nuestra sanación, y que puedan
amarnos, honrarnos y respetarnos porque comparten nuestro deseo de esas
energías y están conectados con nosotros de esa forma.