"Nosotros pertenecemos a una inmensa familia dispersa, no sólo por toda
la superficie de la tierra, sino también por los demás planetas y las
estrellas. Cada día, el mundo divino envía mensajes a todos los miembros
de esta familia. Pero estos mensajes no son como los de los periódicos o
los de la propaganda que encontramos en los buzones de cartas que
echamos a la papelera después de haberlos leído distraídamente. Debemos
leerlos atentamente para que podamos encontrar en ellos indicaciones
para la jornada, inspiraciones, alimento.
Por naturaleza, cada ser humano pertenece a la gran familia universal,
pero para formar verdaderamente parte de ella, debe quererlo
conscientemente. Lo mismo que en la tierra pertenecéis a una familia
porque tenéis un padre y una madre, en el plano espiritual son los
poderes del espíritu, vuestro padre, y del alma, vuestra madre, los que
os han hecho nacer, y debéis profundizar los lazos que tenéis con ellos
para que sigan alimentándoos y formándoos."