"Un año termina y otro va a comenzar... Pero antes de pensar en el año
que viene, deteneos un momento en el que se va y dirigíos a él, porque
un año es un ser vivo, y podéis por tanto hablarle. En el momento de
dejarle, pedidle que se acuerde de vosotros. Puesto que está vivo, no
permanece inactivo, ha grabado no sólo vuestros actos, sino también
vuestros deseos, vuestros sentimientos, vuestros pensamientos. El último
día hace un informe a los Señores de los destinos y os conecta con el
nuevo año: saludadle antes de que se vaya definitivamente.
En cuanto al nuevo año, podéis empezar a prepararlo conscientemente
fijándoos una meta: perder un mal hábito, desarrollar una cualidad,
realizar un proyecto para el bien de todos. Con este pensamiento, con
este deseo, es como si pusierais una primera piedra, y entonces todos
los espíritus benéficos de la naturaleza os aportarán su ayuda, para que
podáis realizar vuestro proyecto. He ahí lo que deben ser hoy vuestras
preocupaciones: recibir al año nuevo poniéndoos bajo la protección de la
luz."