Pensamiento del viernes 24 de junio de 2022.
"Si no sufriesen, los humanos nunca se decidirían a transformarse. Por eso, en vez de rebelarse contra el sufrimiento, deberían comprender su utilidad, porque el sufrimiento es un fuego que quema las impurezas.
El fuego posee una propiedad que hay que conocer: nunca destruye lo que es de la misma naturaleza que él. En el momento en que penetra en el hombre, solo quema sus impurezas; la materia que es pura no se consume, resiste al fuego y se vuelve luminosa, porque vibra al unísono con él. Es esta materia la que forma el cuerpo de gloria, el cuerpo de luz del que hablan las Escrituras. Cuando el Iniciado logra encender el fuego divino en él, inflama la materia de su ser y la hace brillar como un sol."