Algunos dirán: “Pero esto es magia, ¡y yo tengo miedo de la magia!” En realidad, nunca podéis escaparos a la magia. Día y noche vivimos en la magia, todo es magia: las miradas, las palabras, los gestos, el alimento, todo. Lo triste es que los humanos, que todavía no han comprendido esto, no hacen nada para liberarse de la magia deplorable y nociva en la cual están sumergidos cada día, ni para aceptar, en su lugar, otra magia que puede vivificarles, darles la esperanza, el impulso, el amor, y volverlos vivos, hijos e hijas de Dios. Así que, cerraos, si queréis, a la influencia de la gente malvada, pero ante vuestro Instructor que solo piensa en vuestro bien, ¿por qué cerraros?"