Pensamiento del viernes 3 de junio de 2022.
"Cuando un niño come, ¿comprende acaso qué energías le va a proporcionar el alimento, y cómo van a contribuir esas energías a su desarrollo físico, moral e intelectual? No, desde luego, pero no esperamos a que el niño lo comprenda para darle de comer.
Pues bien, tampoco debemos esperar a que el niño comprenda para darle ciertos elementos espirituales. Porque, más tarde, todo lo que haya asimilado de esa manera, sin comprenderlo, aparecerá en su conciencia y le beneficiará; ello le servirá y estará mucho más equilibrado que aquellos niños a quienes se les ha evitado ciertas preocupaciones bajo el pretexto de que no eran cosas de su edad. Si hay que esperar a que los niños sean capaces de comprender la vida espiritual para dársela, pronto se sentirán en cierta forma muertos, espiritualmente muertos. La vida espiritual no es como las matemáticas, la física, la química, que requieren un cierto desarrollo intelectual. Se podría decir que la vida espiritual es para el alma como la lengua materna de la que el niño se impregna oyéndola hablar a su alrededor. "