Pensamiento del domingo 30 de abril de 2017.
"Sabéis lo que es una clase antes de que llegue el profesor: los niños corren por todos lados, gritan, se pelean… Es normal; como dice el refrán, «Cuando el gato no está, los ratones bailan.» Pero he aquí que llega el profesor: en pocos segundos todos regresan a su sitio, porque la cabeza, el jefe ha entrado. Pues bien, las mismas leyes existen en nosotros. En nosotros, Dios es la cabeza, el jefe, el centro, pero con la condición de que le abramos una puerta para que entre; sino siempre habrá caos.
Cuando oigo a alguien decir: «Ya no necesito a Dios, me desenvuelvo muy bien sin Él», puedo responderle que efectivamente se las apañará, ¡pero con qué desorden, con qué oscuridad y con qué pérdidas! La cabeza, el Señor, introduce el orden entre las células de nuestro organismo; cuando Él está ahí, todas trabajan como un conjunto perfecto, y la vida circula. Es esencial tener en vuestro interior al Señor como centro, porque es este punto, el centro, el que organiza y armoniza todo nuestro ser interior."
"Sabéis lo que es una clase antes de que llegue el profesor: los niños corren por todos lados, gritan, se pelean… Es normal; como dice el refrán, «Cuando el gato no está, los ratones bailan.» Pero he aquí que llega el profesor: en pocos segundos todos regresan a su sitio, porque la cabeza, el jefe ha entrado. Pues bien, las mismas leyes existen en nosotros. En nosotros, Dios es la cabeza, el jefe, el centro, pero con la condición de que le abramos una puerta para que entre; sino siempre habrá caos.
Cuando oigo a alguien decir: «Ya no necesito a Dios, me desenvuelvo muy bien sin Él», puedo responderle que efectivamente se las apañará, ¡pero con qué desorden, con qué oscuridad y con qué pérdidas! La cabeza, el Señor, introduce el orden entre las células de nuestro organismo; cuando Él está ahí, todas trabajan como un conjunto perfecto, y la vida circula. Es esencial tener en vuestro interior al Señor como centro, porque es este punto, el centro, el que organiza y armoniza todo nuestro ser interior."