Pensamiento del martes 25 de abril de 2017.
"No deis jamás vuestro corazón, os pertenece, y nadie tiene derecho a disponer de él en lugar vuestro. Si dais vuestro corazón a alguien, os quedáis sin él y el otro poseerá dos corazones, y ¿qué hará con dos corazones? Abandonar el vuestro. En Bulgaria decimos que no podemos llevar dos sandías bajo el mismo brazo. Así pues, aquél a quien disteis vuestro corazón, puede dejarlo caer. Entonces, gritaréis: «¡Mi corazón se ha roto!» Y si vais a quejaros al Cielo, os responderá: «Es culpa tuya, ¿por qué lo has dado? Deberías haberlo guardado para ti.» «¡Si, pero yo le amo, le amo!» «De acuerdo le amas, pero podrías haberle dado tu ternura, tu amor, tus canciones… y guardar tu corazón para ti.»
Y no creáis que estas precauciones sean únicamente válidas para el corazón. La naturaleza nos ha dado también un cuerpo, una inteligencia y una voluntad. Aquél que es sabio trata de guardarlas para él, pero distribuye los frutos, es decir sus pensamientos, sus sentimientos, su actividad y su trabajo."
"No deis jamás vuestro corazón, os pertenece, y nadie tiene derecho a disponer de él en lugar vuestro. Si dais vuestro corazón a alguien, os quedáis sin él y el otro poseerá dos corazones, y ¿qué hará con dos corazones? Abandonar el vuestro. En Bulgaria decimos que no podemos llevar dos sandías bajo el mismo brazo. Así pues, aquél a quien disteis vuestro corazón, puede dejarlo caer. Entonces, gritaréis: «¡Mi corazón se ha roto!» Y si vais a quejaros al Cielo, os responderá: «Es culpa tuya, ¿por qué lo has dado? Deberías haberlo guardado para ti.» «¡Si, pero yo le amo, le amo!» «De acuerdo le amas, pero podrías haberle dado tu ternura, tu amor, tus canciones… y guardar tu corazón para ti.»
Y no creáis que estas precauciones sean únicamente válidas para el corazón. La naturaleza nos ha dado también un cuerpo, una inteligencia y una voluntad. Aquél que es sabio trata de guardarlas para él, pero distribuye los frutos, es decir sus pensamientos, sus sentimientos, su actividad y su trabajo."