Pensamiento del lunes 2 de septiembre de 2019.
"Recibir una filosofía nueva que abre nuevos horizontes, que presenta un ideal a alcanzar siempre más elevado, presupone que seamos capaces de armonizarnos con ella, y por lo tanto reforzar no solo el cerebro, sino también nuestro estómago, nuestros pulmones y todo nuestro organismo, con el fin de poder resistir a las tensiones que necesariamente se producirán. No hay que imaginarse que las corrientes de luz y de amor son fáciles de soportar. La espiritualidad es primero una ciencia que adquirimos escuchando la palabra de un sabio, leyendo diferentes obras. Pero es insuficiente y quizá incluso nocivo si nos contentamos con nutrir nuestro intelecto.
"Recibir una filosofía nueva que abre nuevos horizontes, que presenta un ideal a alcanzar siempre más elevado, presupone que seamos capaces de armonizarnos con ella, y por lo tanto reforzar no solo el cerebro, sino también nuestro estómago, nuestros pulmones y todo nuestro organismo, con el fin de poder resistir a las tensiones que necesariamente se producirán. No hay que imaginarse que las corrientes de luz y de amor son fáciles de soportar. La espiritualidad es primero una ciencia que adquirimos escuchando la palabra de un sabio, leyendo diferentes obras. Pero es insuficiente y quizá incluso nocivo si nos contentamos con nutrir nuestro intelecto.
Aquél que decide seguir una enseñanza espiritual debe pues también cambiar su modo de vida. Si no, después de cierto tiempo será presa de tales contradicciones que entrará en conflicto, no solo consigo mismo, sino con su entorno y con la sociedad. Después de haber supuestamente abrazado la vida espiritual, ¡cuántas personas se vuelven insoportables para todos! Que examinen retrospectivamente su conducta: verán si crean la armonía a su alrededor y si llegan a mostrarse dignas de la enseñanza espiritual que han decidido seguir."
Fuente:
http://www.prosveta.com
02 setiembre 2019