Pensamiento del domingo 3 de febrero de 2019.
"El Cristo es un principio cósmico. Ese principio puede manifestarse a través de un ser que se ha preparado para recibirle; pero un ser humano, por excepcional que sea, no puede ser el Cristo, no puede ser la encarnación de Dios mismo. El Cristo nunca ha tomado un cuerpo físico y nunca lo tomará. No puede convertirse en un hombre, únicamente entra en las almas y los espíritus que están listos para fusionarse con él. Es así como ha entrado en todos los grandes Maestros espirituales de la humanidad que conocemos, así como en muchos otros que no conocemos.
El Cristo sigue siendo un espíritu. Y Jesús, como todos los otros Iniciados, tuvo que recorrer un largo camino antes de que el espíritu de Cristo descendiera en él. Si fue llamado Jesucristo, no es porque fuera Cristo, sino porque recibió a Cristo. Y si había recibido a Cristo, es porque tenía la más alta conciencia de la presencia de Dios en él. Es precisamente esta conciencia la que deben desarrollar los humanos con el fin de fundirse en la Divinidad para poder decir un día como Jesús: «Mi Padre y yo, somos uno».""El Cristo es un principio cósmico. Ese principio puede manifestarse a través de un ser que se ha preparado para recibirle; pero un ser humano, por excepcional que sea, no puede ser el Cristo, no puede ser la encarnación de Dios mismo. El Cristo nunca ha tomado un cuerpo físico y nunca lo tomará. No puede convertirse en un hombre, únicamente entra en las almas y los espíritus que están listos para fusionarse con él. Es así como ha entrado en todos los grandes Maestros espirituales de la humanidad que conocemos, así como en muchos otros que no conocemos.
Fuente:
http://www.prosveta.com
03 de Febrero 2019