Pensamiento del martes 12 de febrero de 2019.
"El padre y la madre de un niño son como contratistas a quienes se encarga construir la casa de un alma. No son responsables más que de la construcción de esta casa, de los materiales de la que será hecha, no tienen ningún poder sobre el alma en sí: viene de no se sabe dónde, y también se irá de nuevo sin saber ni cuándo ni a dónde…
"El padre y la madre de un niño son como contratistas a quienes se encarga construir la casa de un alma. No son responsables más que de la construcción de esta casa, de los materiales de la que será hecha, no tienen ningún poder sobre el alma en sí: viene de no se sabe dónde, y también se irá de nuevo sin saber ni cuándo ni a dónde…
La pérdida de un hijo es para los padres una prueba terrible, lo sé, muchos han venido a pedirme consejo y consuelo. Pero rebelarse no cambia nada, y solo puede agravar su sufrimiento. Si han sido buenos padres, amantes, atentos, dejan sobre este hijo huellas magníficas. Su alma que se ha marchado les estará eternamente reconocida, nunca les olvidará, y desde el mundo invisible en el que habita a partir de ahora, vendrá a consolarles; les aportará regalos de ternura y de luz, y continuará viviendo cerca de ellos."
Fuente:
http://www.prosveta.com
12 de Febrero 2019