Pensamiento del viernes 26 de Octubre de 2018.
"Al final de su vida, cuando lo han perdido y despilfarrado todo, y ya no se sienten capaces de hacer nada, los hombres y las mujeres deciden consagrarse al Señor. ¿Cómo la gente que no osaría presentarse ante el más pequeño empresario, piensa que el Señor estará tan contento de contratarles? Cuando se encontraban en su plenitud, no pensaron más que en aprovecharse de los placeres de la vida, sin plantearse consagrar tiempo y energías a un trabajo divino. Pero cuando ya están impedidos por el reuma, paralizados, deteriorados, entonces se presentan para servir al Señor.
Y no debemos tampoco pensar que con la edad han sentado la cabeza. No, sencillamente es que ya no tienen fuerzas para seguir con su vida de antes, incluso han perdido el interés por las cosas. Esperaban llegar hasta ahí para dirigirse al Señor: "Señor, ¿acaso me necesitas?" Y el Señor se rasca la cabeza: incluso Él se pregunta en qué podría utilizarles. No hay que esperar a la decrepitud para ponerse al servicio de Dios, sino pensar hacerlo cuando se es joven todavía, en plena vitalidad.""Al final de su vida, cuando lo han perdido y despilfarrado todo, y ya no se sienten capaces de hacer nada, los hombres y las mujeres deciden consagrarse al Señor. ¿Cómo la gente que no osaría presentarse ante el más pequeño empresario, piensa que el Señor estará tan contento de contratarles? Cuando se encontraban en su plenitud, no pensaron más que en aprovecharse de los placeres de la vida, sin plantearse consagrar tiempo y energías a un trabajo divino. Pero cuando ya están impedidos por el reuma, paralizados, deteriorados, entonces se presentan para servir al Señor.
Fuente:
http://www.prosveta.com
26 de Octubre 2018