Pensamiento del viernes 30 de diciembre de 2022.
"Mientras el hombre no trabaje en purificarse, los mensajes y los impulsos que le envía su Yo superior, su Yo divino, le llegan debilitados, deformados. Observad una lámpara de petróleo con el cristal ahumado: su llama no es tan luminosa, tan fuerte y tan bella como sería si el cristal fuese absolutamente transparente, hay que limpiarlo. Somos un poco como el cristal de una lámpara de petróleo: la luz que está dentro de nosotros y que quiere manifestarse al exterior, esa luz que es el amor, que es la sabiduría, debe pasar a través de todas las capas de impureza que hemos acumulado debido a nuestra vida irracional, nuestros pensamientos desordenados, nuestros sentimientos egoístas.
Por tanto, es simple, está claro, hay que limpiarse, purificarse hasta que nuestros distintos cuerpos, físico, astral y mental se vuelvan tan transparentes y puros que, esa luz divina enterrada dentro de nosotros que hace esfuerzos para atravesar la oscuridad, pueda finalmente brillar con todo su esplendor."