Pensamiento del martes 30 de agosto de 2022.
"Cuando los alpinistas emprenden la ascensión de una cima, no piden al guía que les conduce que se gire para mirarles. Pues bien, la vida espiritual es como la ascensión a una elevada cima, y no debéis pedir a vuestro Maestro que se gire. Porque es ahí donde está vuestra salvaguarda: en el hecho de que no se gire. Si se gira para miraros, para escucharos, dará un paso en falso, y toda la cordada se vendrá abajo.
En la llanura, en la vida ordinaria, es distinto, pero cuando estamos escalando una montaña, las reglas son más estrictas. Debéis incluso pedir al Cielo que vuestro Maestro no mire a nadie para que pueda conducir a toda la cordada hasta la cima. Sí, por eso debéis orar, en vez de concentraros sin cesar con todas vuestras fuerzas para obligarle a girarse hacia vosotros, a ocuparse de vosotros sin pensar que, si lo hace, perderéis todos. Ya veis, todavía no sabemos cómo considerar a un Maestro."