Pensamiento del martes 23 de agosto de 2022.
"El sufrimiento está unido a la sensibilidad. Cuanto más sensible se vuelve un ser, más sufre, pero es preferible sufrir y ser sensible que no sufrir y ser como una piedra. Hay que ser sensible, pero no caer en la sensibilidad enfermiza, en la sensiblería. Muchas personas no tienen ninguna luz sobre este asunto, tienen miedo de ser sensibles y se vuelven como rocas. No, es preferible pasar por el sufrimiento y aumentar los grados de sensibilidad, porque es el grado de sensibilidad el que determina la grandeza, la elevación del ser humano.
Según los Iniciados, ser sensible es ser capaz de sentir más y más la belleza, el esplendor, la riqueza del Cielo, de captar mejor las maravillas del mundo divino y de no sentir tanto la maldad ni la estupidez de algunas criaturas. Los grandes Maestros, y por encima de ellos los Ángeles y los Arcángeles, ya no sufren por la fealdad, ya no la ven; no ven más que la belleza y viven sin cesar en la alegría."