Pensamiento del martes 2 de agosto de 2022.
"Es importante diferenciar entre la verdadera sensibilidad y esa sensibilidad enfermiza que sería más exacto llamar susceptibilidad o sensiblería. La verdadera sensibilidad es una facultad que nos hace capaces de elevarnos muy alto, muy lejos, y de tener acceso a un mundo cada vez más sutil para captar las realidades.
La sensiblería, por su parte, es una manifestación de la naturaleza inferior que, tomándose por el centro del mundo, considera siempre que no le prestamos suficiente atención, y se siente frustrada, herida, volviéndose agresiva. Cuando hemos visto esa distinción, comprendemos que hay todo un trabajo a realizar sobre la naturaleza inferior para dominarla y subyugarla: es la única forma de permitir a la verdadera sensibilidad su expansión y enriquecimiento.
La sensibilidad no es solo esa facultad que hace emocionarnos y maravillarnos ante los seres que amamos, la belleza de la naturaleza o las obras de arte, nos abre también las puertas de la inmensidad, de la luz, nos da la comprensión del orden divino de las cosas, nos permite vibrar al unísono con las regiones, las entidades y las corrientes del Cielo."