Pensamiento del miércoles 1 de enero de 2020.
"Necesitamos centros fraternales porque esos centros son focos de luz y esa luz regocija y atrae a los habitantes de las regiones superiores. Mediante nuestros cantos, nuestras meditaciones, nuestras oraciones, enviamos a través del espacio rayos que las entidades celestiales perciben desde muy lejos. Cuando a través de las tinieblas espirituales que envuelven la tierra, descubren esos puntos luminosos, son atraídos por su claridad y vienen a contemplarlos derramando sus bendiciones sobre nosotros. Es así como, poco a poco, nos reconocen y nos convertimos en ciudadanos del mundo de arriba.
"Necesitamos centros fraternales porque esos centros son focos de luz y esa luz regocija y atrae a los habitantes de las regiones superiores. Mediante nuestros cantos, nuestras meditaciones, nuestras oraciones, enviamos a través del espacio rayos que las entidades celestiales perciben desde muy lejos. Cuando a través de las tinieblas espirituales que envuelven la tierra, descubren esos puntos luminosos, son atraídos por su claridad y vienen a contemplarlos derramando sus bendiciones sobre nosotros. Es así como, poco a poco, nos reconocen y nos convertimos en ciudadanos del mundo de arriba.
Por todas
partes en el mundo son necesarios focos de luz porque construyen el vínculo
entre el Cielo y la tierra. Son canales vivos por los que descienden las
bendiciones divinas. Sin ese vínculo la tierra sería presa de fuerzas oscuras.
Si queréis verdaderamente ayudar a vuestra familia, a vuestro país, al mundo
entero, debéis hacer todo lo posible para crear esos centros de luz a través de
los cuales la tierra entra en contacto con el Cielo. Formar tales centros es la
tarea más gloriosa que podéis emprender: hacer que todas las almas humanas se
beneficien de vuestros esfuerzos, que gracias a vuestro trabajo reciban el
alimento espiritual y el gozo. <pensee 02/01/2020>Es una ley del mundo
espiritual que, cuando un cierto número de personas se reúne en torno a una
idea, sus pensamientos y sus deseos forman ya una realidad en lo alto. Esa
realidad no está hecha de partículas lo suficientemente materiales para poderla
ver y tocar, pero existe y llamamos a esa entidad colectiva un egregor. Este
egregor está vivo y actúa. Cada país, cada religión tienen un egregor.
La
Fraternidad Blanca Universal tiene también su egregor, y todos los hermanos y
hermanas que se reúnen con el mismo ideal lo alimentan. Es por ello que es
preciso pensar cada vez más en fortalecer ese egregor de la Fraternidad Blanca
Universal, porque no solo puede actuar sobre los demás egrégores para
influenciarles favorablemente, sino que actúa también sobre el plano físico
para el bien de los seres que han contribuido a formarlo."
http://www.prosveta.com
01 enero 2020