Pensamiento del domingo 9 de junio de 2019.
"El descenso del Espíritu Santo en el alma humana es un símbolo que encontramos bajo formas diferentes en todas las tradiciones espirituales. Pero incluso si está dicho que el Espíritu Santo «desciende» en el hombre, no es una entidad exterior a él: es su Yo superior que se manifiesta, esa quintaesencia divina depositada en él por el Creador. Decir que el hombre recibe el Espíritu Santo significa que ha conseguido establecer la unión con su propio espíritu, su Yo superior. Como una gota de agua en el océano, como una chispa en el fuego, su Yo superior está hecho de la misma quintaesencia que la Divinidad.
Ningún acontecimiento en la vida de un ser humano, ninguna felicidad, ninguna gracia puede compararse a ese momento en el que entra en contacto con el Espíritu Santo. Es como un rayo celestial. Pero no es por recibir ese rayo que de pronto entra en posesión de todas las virtudes. El camino de la perfección le ha sido abierto, pero todavía deberá trabajar mucho tiempo antes de alcanzar el objetivo.""El descenso del Espíritu Santo en el alma humana es un símbolo que encontramos bajo formas diferentes en todas las tradiciones espirituales. Pero incluso si está dicho que el Espíritu Santo «desciende» en el hombre, no es una entidad exterior a él: es su Yo superior que se manifiesta, esa quintaesencia divina depositada en él por el Creador. Decir que el hombre recibe el Espíritu Santo significa que ha conseguido establecer la unión con su propio espíritu, su Yo superior. Como una gota de agua en el océano, como una chispa en el fuego, su Yo superior está hecho de la misma quintaesencia que la Divinidad.
Fuente:
http://www.prosveta.com
09 de junio 2019