Pensamiento del lunes 24 de junio de 2019.
"Para justificar su incredulidad, algunas personas dicen que no creerán en Dios hasta que le vean. Pobres infelices, nunca verán nada. Porque nunca nadie ha visto a Dios. Podemos sentir su presencia, incluso podemos ver sus manifestaciones: destellos, proyecciones de luz, pero no podemos ver al autor de esas manifestaciones, porque simplemente es imposible para los ojos físicos ver a Dios.
"Para justificar su incredulidad, algunas personas dicen que no creerán en Dios hasta que le vean. Pobres infelices, nunca verán nada. Porque nunca nadie ha visto a Dios. Podemos sentir su presencia, incluso podemos ver sus manifestaciones: destellos, proyecciones de luz, pero no podemos ver al autor de esas manifestaciones, porque simplemente es imposible para los ojos físicos ver a Dios.
Para ver un objeto o un ser, es preciso que tenga una forma, dimensiones, límites, que esté situado en algún lugar en el espacio y en el tiempo; sin embargo, Dios escapa al espacio y al tiempo. No podemos por tanto percibir de Él más que reflejos, manifestaciones dispersas por todas partes, entre las piedras, las plantas, los animales, y sobre todo entre los humanos: en sus pensamientos elevados, sus sentimientos generosos, sus gestos de bondad o de valentía, en sus obras de arte. Y cuanto más nos purificamos, más distinguimos huellas de Dios, la vida, el perfume, la música de Dios. Cuando contemplamos el sol podemos decir: he visto a Dios en su luz, he sentido a Dios en su calor, y ahora estoy más vivo."
Fuente:
http://www.prosveta.com
24 de junio 2019