Pensamiento del viernes 14 de junio de 2019.
"Lo propio del cuerpo astral, que es el cuerpo de los deseos en el hombre, es ser insaciable: no cesa de empujar a los seres a desear siempre más, incluso si es en detrimento de los demás, e incluso si tiene mucho más de lo que precisan. Cuando el cuerpo astral no está disciplinado, educado, toma proporciones desmesuradas: el dinero, los objetos, los terrenos, los inmuebles, las sucursales, etc., nada escapa a su codicia. Y como la gente no cesa de dar satisfacción a sus deseos, ese cuerpo astral se convierte en ellos en algo monstruoso, un verdadero tumor.
Pero los apetitos de los humanos pueden también ser de otro tipo: la ambición, la sensualidad, etc. En algunos, el cuerpo astral se parece a un estómago insaciable, un pozo sin fondo dispuesto a engullirlo todo. A esos seres se refiere Jesús cuando dice en los Evangelios que no entrarán en el Reino de Dios. Porque en el Reino de Dios, solo se acepta a los seres capaces de renunciación, de desinterés, de sacrifico, a seres que han aprendido a dominar su cuerpo astral."
Fuente:
http://www.prosveta.com
14 de junio 2019