Pensamiento del domingo 19 de mayo de 2024.
"La luz es el primer ser creado por Dios. La luz es el Cristo, y Cristo es el Sol cósmico. El espíritu de Cristo es idéntico al espíritu solar. Si sabemos unirnos al espíritu del sol, que es el espíritu de Cristo, una emanación de Dios mismo, nos dará todas sus bendiciones: la luz, el calor, la vida, la belleza, la pureza, la salud…
Pero para ello no basta con exponerse al sol, como hace mucha gente, instintivamente, sin la participación de su conciencia, porque, aunque en ese momento reciban algunos rayos, no es suficiente. Para recibir del sol elementos espirituales, es nuestro espíritu el que debe alcanzarle, entrar en contacto con él, penetrarlo, fundirse en él… Sí, nuestro espíritu, ¡no nuestra piel! Exponerse físicamente al sol, está bien; pero si nuestra conciencia, nuestra inteligencia, nuestro espíritu participan en este reencuentro con él, nosotros recibiremos algo más que calor y vitalidad: un conocimiento, una iluminación."