Pensamiento del miércoles 1 de mayo de 2024.
"El sol envía la luz y la vida, y la tierra, los hombres, los animales y las plantas las absorben. Nosotros tomamos esta vida, y ya sea en el plano físico o en el plano psíquico, expulsamos después los deshechos que el sol transforma y purifica, para devolverlos bajo la forma de una nueva vida. Esta incesante circulación entre la tierra y el cielo, existe también entre los hombres ordinarios y los Iniciados; éstos últimos recogen sus materias brutas, las transmutan y las vuelven a enviar en forma de tesoros espirituales.
Si deseamos verdaderamente evolucionar, no nos quejemos de los defectos y de las debilidades que vemos en los demás, sino trabajemos para transformarlos en nosotros y reenviarlos en forma de luz. Trabajando para la transformación de las maldades y de las debilidades de aquellos que nos rodean, trabajamos para el Reino de Dios, y un día, los Iniciados nos aceptarán como discípulos, Nos dirán: “Venid con nosotros, necesitamos colaboradores, y vosotros ya estáis preparados para ayudarnos”."