Pensamiento del martes 10 de mayo de 2022.
"Podemos comparar a los humanos con flores, frutos... ¡o incluso verduras! Cuando entráis en relación con ellos, cuando les observáis, les habláis y les escucháis, es como si les estuvieseis respirando, incluso saboreándolos. Sin embargo, ¿Qué hacéis la mayoría del tiempo? Miráis su ropa, sus joyas, su rostro, sus manos, sus piernas, pero no buscáis nutrir vuestra alma de toda esa vida que está ahí, escondida, y que emana de su corazón, de su alma y de su espíritu. Y es una pena.
Así que, a partir de ahora, estad más atentos e intentad aprender a apreciar a los humanos que albergan esta vida sutil, deteneos frente a ellos pensando: “¡Son aspectos del Padre Celestial y de la Madre Divina!... Gracias, Señor, gracias, Madre Divina. A través de esas ‘flores’ y esos ‘frutos’, tengo hoy la posibilidad de acercarme a Ti, de contemplarte; a través de ese esplendor, puedo respirar tus perfumes, probar tus sabores...” Y os iréis felices porque esos frutos y esas flores os habrán permitido acercaros al Cielo."