Pensamiento del Sábado 27 de noviembre de 2021.
"Después de haber estado inmerso durante un cierto tiempo en una atmósfera espiritual en la que se ha sentido instruido, reconfortado, el discípulo se reencuentra necesariamente con el mundo corriente, en el que se ve obligado a relacionarse con personas de todo tipo. Al cabo de algún tiempo, se da cuenta de que ya no tiene la misma fe ni el mismo impulso; se siente de nuevo apagado y pesado, su ardor y su amor han disminuido. ¿Qué ha ocurrido? Al igual que un líquido caliente, después de haber sido expuesto al frío, ha cambiado de temperatura.
Este fenómeno es totalmente natural. La enseñanza que el discípulo ha recibido al lado de un Maestro, se parece al contenido de un recipiente. Este contenido está más caliente que el aire del ambiente y, al contacto con el exterior, va perdiendo poco a poco sus calorías y su temperatura disminuye. Pero lo que se pierde puede ser sustituido. Esta es la meta de la oración, de la meditación: ir a buscar a la fuente los elementos luminosos y cálidos que se han perdido."