"La tierra, nuestro planeta, está viva, respira, es sensible y reacciona a las actividades de los humanos que la habitan. Pero ellos no son conscientes y sólo piensan en explotarla para su exclusivo interés. La remueven, la excavan, le hacen agujeros o la aplanan, sin preguntarse nunca si no estarán alterando un orden que desconocen. La tierra experimenta todo esto como si fueran picazones, inyecciones, heridas, y entonces, de vez en cuando, nos da una sacudida para desembarazarse de todas estas molestias que le importunan constantemente.
Evidentemente la tierra es paciente, soporta las actuaciones de los humanos durante un cierto tiempo, pero al final se enfada. Entonces, los desgraciados se aterrorizan, sufren… Pero ¿se decidirán verdaderamente a aprender la lección?"